A través de una profunda labor de investigación, se han rescatado sus experiencias en el contexto de los movimientos migratorios forzados, la represión y la pérdida, analizando el impacto que estos hechos tuvieron en la creación cultural de la época.
El trabajo realizado abarca la recopilación y generación de nuevos materiales que reconstruyen estas biografías desde distintas perspectivas, así como la experimentación con formatos artísticos que buscan dar voz a estas historias silenciadas. La memoria y la creación se entrelazan en acciones performáticas y piezas que formarán parte de Posidònia, Art i Dones, además de una futura exposición que reunirá el proceso y sus hallazgos.
Más que un ejercicio de recuperación histórica, Art d’Exilis es una reflexión sobre la fragilidad de la memoria y la resistencia de la creación artística ante la adversidad.
Este proyecto se nutre tanto del legado de las artistas exiliadas como de quienes han abordado, desde el arte, la memoria y las secuelas de la Guerra Civil española. Figuras como Robert Capa y Gerda Taro, con su mirada fotográfica sobre el conflicto, la pintura creativa de Maruja Mallo y la escritura de María Teresa León han sido pilares fundamentales en esta investigación.
Además, propuestas contemporáneas como la exposición Un altre fi. La resta. Art i antifranquisme en el Born Centre de Cultura i Memòria han ofrecido nuevas perspectivas sobre el antifranquismo y su impacto en el arte.
La obra de Ana Mendieta, Anika Erikson, Maria Ruido y Vivian Caccuri, entre otras, ha enriquecido este diálogo entre memoria y creación.
Desde esta base, la investigación aporta una mirada específica sobre Menorca y el exilio femenino, rescatando historias que habían sido olvidadas.
Ana Llorens Bagur (1986) es una artista multidisciplinar residente en Menorca. Se licenció en Bellas Artes en Barcelona y posteriormente se especializó en arte contemporáneo, performance, instalación y estudios de género.
A continuación se trasladó a Berlín, donde inició sus pasos hacia una proyección internacional y desde donde realizó residencias artísticas.
En su regreso a la isla, se centró en los estudios de género locales desde una perspectiva feminista, y en los estudios críticos. Su producción se ha centrado en proyectos de instalación e investigación donde el tema de la mujer se destaca notablemente. Además, ha llevado a cabo diversas publicaciones documentales y ha centrado su carrera a través de la docencia artística.
Su metodología versa en la combinación de diferentes disciplinas, procesos y técnicas que permiten un juego libre sin estereotipos estéticos ni formales.
La investigación se desarrolló a través de un proceso exhaustivo de búsqueda bibliográfica y documental, consultando las obras de diversos autores que han abordado temas relacionados con el exilio, la memoria histórica y la influencia de la Guerra Civil española en la cultura y el arte. Se exploraron textos de historiadores, sociólogos y especialistas, además de estudiar el trabajo de artistas clave que han tratado estas temáticas.
La exploración permitió contextualizar y enriquecer la investigación sobre las artistas menorquinas exiliadas, cruzando enfoques y referencias para construir una narrativa más amplia y profunda sobre la memoria, la creación artística y las consecuencias del exilio, siendo como consecuencia la intervención efímera con la posidonia.
La documentación fotográfica fue clave tanto en la fase investigativa como en la parte creativa del proyecto.
En el ámbito creativo, la fotografía se transformó en una herramienta para materializar la idea de posidonia. Inspirada en la planta marina, símbolo de resistencia y regeneración, la obra efímera creada en la playa se convirtió en una metáfora visual que conectó la memoria de las mujeres exiliadas con los procesos de recuperación y resiliencia.
En esta intervención, la posidonia fue utilizada como material principal, representando la conexión entre el pasado y el presente, la tragedia y la recuperación.
La acción artística no solo dio visibilidad a este tema tan relevante, sino que también permitió una reflexión sensorial sobre la memoria y la identidad a través de la fotografía, capturando tanto la fragilidad como la fuerza del proceso de reconstrucción de la memoria histórica.
El nombre se debe por la recuperación de las proyecciones artísticas femeninas antes y después del régimen franquista en España y a la pausa cultural durante este período debido al exilio.
Mi proyecto se ha centrado en la investigación, lectura incesante y en la recopilación y creación de nuevos materiales y formatos de archivo de biografías de mujeres exiliadas, artistas y no artistas en el contexto Menorca 1930-1950 aproximadamente. En la creación de acciones performativas y materiales de creación diversos que pretenden recopilarse próximamente en una nueva obra llamada Posidònia, Art i Dones y en una exposición que pretende reunir todas las propuestas.
La obra nació en el 2022 y se ha desarrollado durante el 2024.
Arte, exilio, movimientos migratorios, guerra, conflictos políticos, mujer, creación, tragedia, muerte, recuperación, memoria.
Creación literaria, land art, collage, dibujo, fotografía, video, documental, archivo.
La recuperación de la memoria de las artistas menorquinas exiliadas durante el triunfo franquista y las consecuencias culturales de la diáspora republicana.
La mayor inspiración fue la nueva Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática.
A través de la publicación de una revista que de la cual fui responsable llamada Un espai Propi, MagasFanzine de la cual elaboré tres tomos, el tercero de los cuales trataba la temática de la memoria democrática y resaltaba la figura de la primera soprano Joana Tuduri Bonet (Maó, 1911- 2003) y de Margalida Comas Camps, doctora en biología y maestra de la escuela de libre enseñanza (Alaior 1879- 1982). Y una obra actualmente expuesta en el Museo Marítimo de Es Castell, titulada Cunae Plantae, elaborada con 12000 tiras de papel pintado que simulan la posidonia oceánica, responsable de la supervivencia del mar Mediterráneo en toda su fauna y esplendor.
La colaboración de muchas personas ha sido más que necesaria en la concepción de este proyecto. La primera de las cuales el Consell Insular de Menorca y las Ajuts de creació i Investigació; l’Associació d’Artistes Visuals de menorca (ahora ya en decadència, pero de alguna manera son los responsables de hacer posible estas ayudas); Sergi Marí i Bep Portella Coll. El historiador y archivista a cargo del archivo de Ciutadella, el ahora ya jubilado Florenci Sastre Portella; la hija del arqueólogo, cartógrafo y toponimista, historiador José Mascaró Pasarius, más famoso de Menorca, Imma Mascaró Hernando y por supuesto Sylvia Guitiérrez por su interés en el proyecto y su colaboración a través de su documental fotográfico realizado durante el transcurso de producción d’Art d’Exilis, el cual aporta calidad y permite un mejor entendimiento y seguimiento del proyecto.
Todo artista que trabaja o trabajó el conflicto político español durante la Guerra Civil y la memoria ha ejercido una fuerte influencia, al igual que las propias artistas exiliadas. El trabajo que más ha influenciado mi investigación en todo caso ha sido el de la pareja de fotógrafos, Robert Capa y Gerda Taro, el de la artista visual Maruja Mallo, y el de la escritora de la generación del 27, María Teresa de León. La exposición a la que tuve el gran placer de asistir, formada por artistas de tendencia posmoderna y contemporánea que trabajan dicha temática, titulada Un altre fi. La resta. Art i antifranquisme, en el Born Centre de Cultura y Memoria (Bcn) además de otras referencias como la artista Ana Mendieta, Anika Erikson, Maria Ruido, Vivian Caccuri, etc.
Como un remolino creativo.
He sufrido muchos bajones, sobre todo por el consumo reiterado del pasado y la memoria, la muerte, los cuerpos, la tragedia que lleno mi biblioteca, que en un momento dado hizo estragos emocionales, sobre todo en los meses fríos de invierno. Tuve que pactar con el Arte, la creación y su razón de ser, motivándome con la imaginación de un futuro pleno en justicia social e igualdad. La figura de Vicente Llorens Castillo, autor de los estudios y ensayos sobre el exilio español en América, me dio fuerzas en estos momentos, al igual que descubrimientos fantásticos, como la fotografía en la playa de Maruja Mallo, cubierta de posidonia. También me ayudó el soporte y el gran apoyo de amistades como Sylvia Gutiérrez, mi pareja Jaume Fabregat Mestre y otras personas pertenecientes al sector cultural menorquín.
Espero que se les despierte el apetito por la justicia. Espero que sientan más y más curiosidad por entender la historia no contada y por descubrir la cultura oculta española de estos años.
Creo que contribuye a la reelaboración de la historia. A aportar un nuevo modelo de creación in situ que a la vez se nutre de la memoria histórica democrática de nuestro país.
Las personas más moderadas, una sensación de plenitud, de paz, de desasosiego y las personas más rebeldes, un nuevo impulso para seguir excavando en las ruinas de lo no contado, ni abordado.
El proyecto de momento se ha presentado en pequeñas redes sociales y de forma privada a las instituciones colaboradoras que han hecho posible el proyecto. Se espera la creación, actuación performativa de la obra a partir de una nueva colaboración institucional y su formalización total a través de una exposición prevista para finales del 2025 o principios del 2026.
Para más información, por favor contactar a la artista en el siguiente enlace o vía email.
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